miércoles, 14 de octubre de 2009

Una de hijos e hijas sin progenitor


Patidifuso, este es el estado en el que me he quedado después de leer una noticia sobre un debate que, durante la tarde de ayer, tuvo lugar en la emisora de radio que financia la Conferencia Episcopal y cuyo espacio radiofónico vespertino es dirigido por una periodista de apellido impronunciable e indescifrable.

Una charla que abordaba un tema de actualidad: el aborto, y cual era el papel del hombre, en tan delicado y doloroso proceso. Obviamente, ni que decir tiene, que el tono que imperó durante el transcurso de la misma, fue netamente conservador. Postura con la que soy escrupulosamente respetuoso, como no podría ser de otra manera, ya que en el legítimo ejercicio de su libertad de expresión, uno, en un estado democrático y de derecho como en el que vivimos, puede tener su perspectiva particular sobre este asunto o sobre cualquier otro y hacerla pública sin tapujos , siempre y cuando, no transgreda el marco jurídico y legal actual.

Lo que ya no es de recibo es que en pro de defender y justificar una postura se viertan este tipo de comentarios, sin ningún tipo de base, sólo con el ánimo de no sólo querer imponer su postura, sino recriminar y criticar a aquellos que no comparten su posición:



Una pregunta que lleva rondando mi mente desde que leí esta brillante aportación a la historia del pensamiento humano es la siguiente: ...y entonces ¿aquellas mujeres, que por lamentables circunstancias de la vida, han visto truncado su matrimonio muy jóvenes, se han quedado viudas y han tenido que sacar sus hijos/as pequeños/as adelante sin la ayuda de un referente masculino? ¿Están criando un delincuente en potencia?

Mujeres de España, con hijos de corta edad o con bebes a su cargo, háganme caso y si no quieren vivir con un ser humano carne de presidio: ¡No se queden viudas!


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